Merengue

baile de merengue. Garry Knight / Flickr

El merengue es la adrenalina hecha música. Un ritmo rápido, divertido y amigo de las fiestas populares. Es la música nacional de República Dominicana, pero fue acogido en otros países de la cuenca del caribe con gran devoción.

Origen:

El merengue tiene raíces en la era colonial, pero es a partir de la segunda mitad del siglo XIX que se comienza a expandir. Primero se le conoció como música campesina hasta que comenzó a llegar a centros urbanos con la adición del acordeón. Una figura clave en esa primera evolución fue el compositor Francisco "Ñico" Lora. Aunque se identificaba como merengue, también era conocido como Perico ripiao.

Características:

El patrón rítmico tradicional del merengue es dos por cuatro, aunque con las grandes orquestas también es tocado en cuatro por cuatro. Como la mayoría de ritmos del caribe su raíz es africana, pero combina elementos de géneros europeos de la época colonial como la contradanza. Sus intérpretes tienen diferentes presentaciones. Puede ser un conjunto de cinco músicos con instrumentos de cuerda o un trío con güira, tambora y acordeón. La versión más moderna incluye teclados y una sección extensa de vientos en donde el saxofón es un gran protagonistas. Las letras en su versión típica son similares a la coplas. Las grandes orquestas le apuestan a historias de amor o de personajes pintorescos de la cultura popular. Su baile se concentra en dos pasos y el movimiento de la cadera.

Trujillo y el Perico Ripiao:

Como otros ritmos populares, el merengue era rechazado por los defensores de la "alta cultura", pero con el ascenso del dictador Rafael Leonidas Trujillo el merengue comenzó a popularizarse en casi todas las clases. Según Sydney Hutchinson, Trujillo quiso que el Perico Ripiao fuera el símbolo de República Dominicana. Con la lenta aceptación aparecieron las primeras figuras. Se destacaron Luis Alberti, que tomó elementos de los Big Band estadounidense. Con Alberti apareció la sección de vientos que reemplazo al acordeón. De todos modos, el perico ripiao siguió su desarrollo separado del merengue de orquesta, que fue el estilo que cruzó fronteras.

El merengue de orquesta:

Desde 1950, el merengue con orquestas similares al Big Band eran aceptadas por la mayoría de los renglones de la sociedad dominicana. Con la migración de dominicanos a Nueva York en los 60, el ritmo recogió otras influencias que provocaron el surgimiento de figuras como Joseito Mateo, Alberto Beltrán, Vinicio Franco, Francis Santana y Frank Cruz. De esa época son temas clásicos como Compadre Pedro Juan, El negrito del Batey y Caña brava.

La edad de oro:

En los 70, el merengue explotó para siempre. Era un ritmo explosivo, extremadamente bailable y sinónimo de fiesta extendida. Emergió Johnny Ventura que mantuvo el estilo clásico de las orquestas, pero le añadió una dosis de humor. A finales de esa década el terreno estaba sembrado para que el merengue ocupara el lugar de la salsa en la música tropical. Personajes como Wilfrido Vargas, Fernando Villalona, Sergio Vargas, La Patrulla 15 y los Hermanos Rosario contaminaron a todo el continente con un ritmo moderno, influenciado por rock, disco y las baladas románticas. Temas como El jardinero de Wilfrido Vargas se hicieron clásicos instantáneos. También aparecieron intérpretes femeninas como Las Chicas del Can y Milly Quezada.

Nuevos arreglos:

Con el merengue en la cima de las listas de éxitos en varios países llegaron los arreglistas que añadirían más elementos para hacerlo más universal. Uno de los más destacados a partir de 1990 es Juan Luis Guerra, un músico educado en escuela clásica que además combinó con la bachata y la salsa. Otros productores que se destacan Chichi Peralta, Luis Díaz y Víctor Víctor.

El toque urbano:

Los hijos de los inmigrantes en Nueva York le dieron un nuevo aire al género con el merengue hip hop de finales de los noventa y comienzos de los 2000. Grupos como Proyecto Uno, Ilegales, Sandy y Papo, Rikarena y Fulanito son algunos de los actos que incluyeron rap y usaron el inglés en los temas. El estilo cayó hasta que resurgió a finales de los 2000 cuando artistas como Omega y El Cata volvieron al sonido ochentero, pero con los arreglos electrónicos del momento.

Artistas recomendados: